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Desde la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Santa Cruz de la Calle Sevilla y en nombre de todos los hermanos de esta Centenaria corporación, os damos nuestra más cordial bienvenida a este blog, que con seguridad nos servirá a todos para conocer mejor nuestra Hermandad y su vida asociativa, y así enriquecernos a nivel personal y colectivo.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Visita de Coral Braña.



Durante los días 30 y 31 de agosto del 2014, tuvimos la dicha de contar con la visita a nuestra Capilla debido a su estancia en nuestra localidad por estos días en la casa de la familia Ramírez Moya de Coral Braña, hija de una de las personas que esta Hermandad siempre lleva como baluarte y orgullo de su historia centenaria, Don Pedro Braña, compositor del Himno a la Santa Cruz de la Calle Sevilla.

Nos hacemos ecos de sus palabas, para describir dicha visita:

“Llevo día y medio compartiendo una de las aventura emotivas más grandes de mi vida.

La visita a un lugar de recuerdos, de vivencias con mi padre y con los amigos de mi padre. Está muy cerca de Sevilla cuarenta km. creo... Y se llama La Palma del Condado. Nombre grande, porque grandes son sus gentes. Noble y gallardo, guardián de tradiciones y cultura y con dos pasiones que me enseñan cuánto amor y cuanto agradecimiento hay aún en los corazones. La Santa Cruz de la calle Sevilla y Nuestra Señora del Valle.

El recibimiento entrañable con el que he sido obsequiada, ha sido el preludio de la sorpresa que mis amigos, la familia Ramírez Moya me tenían preparada: la apertura de la nueva capilla y Sede de la Hermandad de la Santa Cruz a la que ya puedo decir que pertenezco. Sólo falta bendecir la medalla, lo cual me da alas para volver en, no una, sino muchas ocasiones más. Entrar allí y contemplar la Santa Cruz a la que mi padre dedicó el himno con letra de Pedro Alonso-Morgado un poeta que nació en Sevilla el 22 de diciembre de 1888 y murió en La Palma del Condado (Huelva) el 2 de noviembre de 1962. Sobrino carnal del ilustre historiador Don José Alonso-Morgado y González, sacerdote sabio y erudito, bibliotecario del Palacio Arzobispal y música de Pedro Braña. Himno que compone a petición de su querido amigo Ignacio Ramírez ya fallecido lamentablemente. En ese himno inmortal para el pueblo, va la esencia de las mejores figuras que ha habido en la época y en Sevilla, según palabras del propio alcalde a esta servidora. Músico y poeta.

Tuve el honor de escucharla a mi llegada, a los pies de la Cruz, entre lágrimas, emoción y sorpresa....rodada de personas muy queridas, y de personas, que sin conocerme ya me querían. Me sentí afortunada, me sentí acompañada, y volví a sentir con mucha fuerza y alegría la presencia de mi querido padre.

Los habitantes de la palma, no olvidan a Pedro Braña, y han sabido transmitir su recuerdo a los jóvenes, pero es que le recuerdan de verdad, al verme me dicen: "eres el vivo retrato de tu padre" y yo como siempre, tan ancha. Tampoco yo les he olvidado. También yo siento la transmisión a través de mi padre y eso ha sido la cerilla que ha prendido la mecha hace una semana, cuando al saber de la fiesta que celebraban con motivo del traslado de la patrona, cosa que realizan cada ocho años, y los actos que tenían programados y ser invitada, decidí que quería volver al lugar que tantos recuerdos me traía, volver para compartir familia, amistad, actos... al lugar donde una familia me esperaba con los brazos abiertos y una Madre, la más Madre de todas las madres, me llamaba de esa forma solapada como sólo Ella sabe hacerlo. Sirviéndose de mil y un medios.

Si. Ayer fue entrañable y bonito el detalle que tuvieron mis amigos, hoy la experiencia ha desbordado mi sensibilidad. Tenían ya Josefita e Ignacio preparado el refrigerio para ofrecer a los campanilleros y a la banda que acompaña a la Virgen en su recorrido por las calles de La Palma. ¡qué gran detalle!... En estos lugares donde aprieta el calor, hoy había 40 grados! después de recorrer el pueblo con la imagen! contar con un refresco o agua fresca, y un bocado para continuar camino! no se hace en ningún sitio. Solamente la generosidad y la bondad hacen estas cosas. Campanilleros de los de verdad, los auténticos con campanillas u un cántaro con una alpargata como instrumento de percusión... ¡precioso!...

Pero me tenían una sorpresa, la Virgen iba a parar delante de nuestra casa, pues al parecer la Madre busca siempre las casas de los más desfavorecidos en salud y cuando ha habido un fallecimiento, para hacer un alto en su camino. Aquí, en nuestra casa, ya veis que digo nuestra, dado el cariño que había entre nuestros padres, está custodiada la partitura original de ese himno a la Santa Cruz. Y Ella sabe que el himno acompaña a la cruz de su hijo siempre. A la Cruz, como dijo la presidenta de la hermandad que dedicó el recuerdo a mi padre y un reconocimiento a mi presencia, con palabras que no olvidaré, "no de espinas sino de Gloria y Resurrección."

Pues expectantes esperábamos en la puerta de la casa un grupo bien considerable... Ahí llegaba, triunfante, con un techo de cielo azul y la dulzura reflejada en toda su figura.... Yo no se que sentí al verla pasar tan cerca, pero me rompí en pedazos al verla girar quedar mirando a nuestra puerta, mirarme a los ojos y descansar. Ella, Reina y Madre de misericordia, tiene la deferencia de mirar a sus hijos a los ojos, el detalle de abajarse a mi y esperar la respuesta de mi corazón. El refrigerio de mi alma. Lloré y mucho, no pude contener la emoción... Me tienes a tus pies Madre, para siempre!!!

Una ofrenda de flores en esa parada, es costumbre y mis amigos, siempre en todo, ya lo tenían listo para que hiciese yo la ofrenda...

Sólo desde la fe se puede vivir emoción tan intensa. No me hice de rogar. Yo ofrezco alma, corazón y vida, si se trata de la Señora, de la Madre.

Aún quedaba lo mejor... Los acordes de Coronación de la Macarena, todos saben que es la marcha más bonita que ha compuesto mi padre, con lo cual mis sentimientos llegaron al límite.
Acudimos a esperarla porque entraba en la capilla de la Santa Cruz, al encuentro con el Símbolo de la muerte y resurrección de su hijo, y tengo el honor de decir que gracias al cariño que he encontrado en la familia Ramírez, en la Hermandad y en todos los cercanos, he acompañado a Nuestra Señora del Valle con mi varal de plata y el escudo de la Cruz.

Vivirlo como lo he vivido es algo que perdurara a través del tiempo y más allá del recuerdo...en los registros del corazón, en mi caja de resonancia para comprender que ¡el Amor lo puede todo!


Aquí me tenéis hijos de La Palma. Aquí me tenéis Ignacio y Josefita. Aquí me tenéis familia. La esencia de mi padre no sólo está en su música. Está también en mi, por mis venas corre su sangre y en mi corazón está el suyo que sigue siendo vuestro.”









Fotos: Imágenes cedidas por Ignacio Ramírez Millán