Con esta frase, que puede ser el resumen de la encomienda pastoral que realizó el mismo Jesucristo a sus apóstoles, queremos desearte lo mejor en tu nuevo destino. Un destino que te aleja de nosotros, y te acerca a otros hermanos nuestros, a tierra de pescadores, a las parroquias de La Redondela y Pozo del Camino.
En estos once años que has estado con nosotros, hemos tenido la oportunidad de conocer un sacerdote entregado a su tarea con amor, dedicación y abnegación, al tiempo que nos ha permitido forjar unos lazos de amistad y cariño que nunca olvidaremos. Tu sonrisa, tus palabras, tu escucha siempre atenta, tu respeto por nuestras cosas, tu afán por conocernos y comprendernos para así querernos, todo ello resume aquello con lo que esta Hermandad se queda de tí.
Te deseamos, de todo corazón, lo mejor. Pedimos a Dios por ti, porque El te ayude en tu nuevo destino, y a nuestra Santa Cruz, que Ella te guarde siempre y sea siempre para Tí, el más puro reflejo de que tras el sufrimiento y la entrega a los demás, viene la recompensa de su gloria.
Un abrazo, amigo. Muchas gracias por todo.