Sabemos que nunca te irás.
Llegaste con la Brigada hace unos diez años. Un pueblo más, un destino más, con la banda de música a amenizar unas fiestas de mayo. En la otra punta, en un rinconcito de esta España a la que con honor y valentía sirves y defiendes.
Ninguno sabíamos lo que encontraríamos.
Ni nosotros sabíamos que encontrariamos un hombre íntegro, recio y afable a un tiempo, con un corazón en el que la palabra ENTREGA lo llena todo, porque obras son amores. Ni tú, probablemente sabrías que encontrarías a una Cruz hermosa como ninguna, que te atrapó para siempre y te hizo de los suyos, ganándote la batalla de la devoción y el amor al mayor símbolo del Cristiano.
La Santa Cruz te hizo suyo, y fuiste y serás por siempre uno de los nuestros.
Nos has demostrado con creces tu ilusión, tu cariño, tu entrega, tu amor desmedido por nuestras cosas, por nuestras fiestas, por nuestra Cruz, que es la tuya.
Han sido muchos años con nosotros, una relación que hemos visto crecer año a año hasta llegar al culmen máximo en el gesto del pasado año, cuando tu último fin de semana antes de marchar de misión al Líbano preferiste venir a La Palma a encomendarte a la Santa Cruz, antes incluso que estar con tu familia, en tu hogar. Cinco días después, marcharías por seis meses a aquellas lejanas tierras a defender los valores en los que crees y por los que juras morir si necesario fuere.
Nunca faltaron los detalles y atenciones para instituciones y palmerinos, no sólo de la Brigada, sino también tuyos.
Ahora, cambias de destino. La patria, nuestra patria te reclama a otros menesteres a los que servirás con la misma entrega que hasta ahora en cuanto tu país te ha pedido. Ello hará que no vuelvas en la forma en la que has hecho cada mayo hasta ahora desde hace una década. Sí. Probablemente no volverás como hasta ahora.Pero en el fondo estarás siempre.
Por eso no es una despedida. Tu voz resonará al final de la diana en esa "Oración Paracaidista". Tus vivas se alzarán desde el cielo que veas. En él siempre, la silueta magnifica de la Cruz de Plata que te hizo suyo.
No, sabemos que no es una despedida, pero te echaremos de menos, amigo.
Gracias por todo José María Alvaro Torres.