El pasado 31 de
agosto, nuestro Párroco D. Francisco Jesús Martín Sirgo celebraba Santa Misa,
la última en nuestra localidad, y nos hemos visto afortunados a la misma vez
que orgullos que fuera en nuestra Capilla, a los pies de la Santa Cruz de la
Calle Sevilla.
Desde
esta Hermandad se le ha expresado el más profundo agradecimiento por su labor
pastoral entre nosotros.
La
Presidenta de la Agrupación de Jóvenes Piomperos se dirigió a nuestro Párroco
como persona que ha dedicado entrañables gestos a los más pequeños, regalando
sonrisas al enfermo y siempre dispuesto para quien necesitara su consuelo. Han
podido comprobar de primera mano la atención tan especial que siempre ha
dedicado a los más jóvenes.
La
Presidenta de la Hermandad destacó el cariño que le tienen los palmerinos y el
disgusto general que se respira en todo el pueblo por su marcha. Estos mismos
sentimientos son los que nuestra Hermandad está viviendo y respirando.
Durante
estos años le hemos sentido cercano, amigo, como un piompero más, aunque a
veces hayamos tenido dificultades. Hemos tenido abiertas las puertas de la
Parroquia y también de su corazón. El trato con él ha sido muy fácil.
Ha
ido plantando semillas y ahora somos nosotros los que tenemos que hacer que
crezcan y se fortalezcan, y Kiko, aunque sea desde la distancia, se sentirá
orgulloso de este pueblo en general, y de esta Hermandad en particular.
Como
todas las Hermandades, hemos participado en el homenaje popular que se le
ofreció y, como acordamos entre todas, en el regalo que conjuntamente hicimos.
Por eso, no le entregamos objeto alguno, ya que su equipaje ha de ser ligero y
nosotros así lo vamos a respetar.
Creemos
que lo mejor que le podemos ofrecer es el amparo de nuestra Santa Cruz, y lo
que más la representa es la medalla de nuestra Hermandad, que ya Kiko la tiene,
y le pedimos que siempre la lleve consigo.
Deseamos
que la Santa Cruz Gloriosa le acompañe siempre y le ayude a ser un buen
sacerdote al servicio de Dios y de su Iglesia. Nuestras puertas siempre las
tendrá abiertas.
