Bienvenidos

Desde la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Santa Cruz de la Calle Sevilla y en nombre de todos los hermanos de esta Centenaria corporación, os damos nuestra más cordial bienvenida a este blog, que con seguridad nos servirá a todos para conocer mejor nuestra Hermandad y su vida asociativa, y así enriquecernos a nivel personal y colectivo.

Hermandad

     


Todos los pueblos se forjan a base de sacrificios, trabajo, esfuerzo y tradiciones. Juntos compartimos el día a día y la ilusión de dejar a nuestros hijos un mundo mejor. Así se ha forjado nuestro pueblo, así entendemos a La Palma del Condado.

Y esta forma de entender un pueblo se convierte en toda una filosofía de vida y esa vida está dominada en La Palma por el amor y la veneración a la Santa Cruz de Cristo Resucitado. Y es un amor no de hoy, sino de hace ya bastante tiempo, tanto que se pierde en lontananza.

El palmerino y la palmerina tienen muchas virtudes y... sus defectos, pero éstos ahora no vienen a cuento. Sólo nos interesa resaltar sus virtudes y dentro de ellas, ya lo hemos citado, cabe destacar el amor que sentimos a la Santa Cruz, en nuestro caso a la Santa Cruz de la Calle Sevilla.

El piompero vive y siente su Cruz durante todo el día, todos los días del año, todos los días de su vida. La vive en sus primeros años de escuela, en sus trabajos, con sus amigos, en las reuniones, en las fiestas, en las alegrías y muy próxima, más si cabe, en los problemas, en las adversidades, en las incertidumbres, en las enfermedades.

Y de este modo cada uno a su forma ha dedicado y dedica su vida entera. ¡Cuántos sacrificios! ¡Cuántas ilusiones! ¡A cuántos seres queridos vemos cuando nos asomamos a Ella! Por eso vivifica, por eso consuela.

Y por todo esto, si miramos hacia atrás vemos que hombres y mujeres -piomperos y piomperas- han querido celebrar con el mayor honor hacia Ella sus fiestas de mayo, la culminación de todo un año de ilusión para celebrar con esplendor sus fiestas de primavera. ¡Qué pasión por hacerla más bella! ¡Cuánto tiempo dedicado, cuánta vida! Así es posible contemplarla hoy, desde la perspectiva de sus cien años, encima de hombros piomperos que la aclaman y que la elevan.

Podemos mirar atrás y ver hombres y mujeres, los que denominamos "cruceros", auténticos cruceros, trabajar con ilusión, codo con codo, para mejorar, para embellecer cada día a su Cruz, a su Cruz de la Calle Sevilla. Y en la búsqueda de este embellecimiento han creado un auténtico tesoro en tomo a la Santa Cruz para rendirle culto o para pasearla en procesión. Y hoy los encargados de tomar la antorcha dejada por nuestros mayores seguimos buscando lo mejor para Ella, porque en Ella vemos el sacrificio de nuestro Señor que lo dio todo por nosotros muriendo en la Cruz.

De este modo desde hace ya cien años cuando, comparándola con el río como hiciera el poeta, acababa de nacer, fue creciendo y con el discurrir del tiempo se fue ensanchando su cauce, se fue profundizando con el esfuerzo y la abnegación de unos hombres y mujeres que a través del tiempo y dejando atrás muchas vicisitudes y problemas han conseguido que se mantenga a flote y que permanezca discurriendo apaciblemente hasta llegar a cada uno de nuestros corazones para llenarlos de amor y hacemos exclamar, como dice nuestro himno. Todo para Ti mi Cruz.